Se incrementa la evidencia de hielo en el cráter Shackleton
21 de junio de 2012: De acuerdo con datos proporcionados por el Orbitador de Reconocimiento Lunar (Lunar Reconnaissance Orbiter o LRO, por su sigla en idioma inglés), de la NASA, es posible que hasta un 22 por ciento de la superficie del cráter Shackleton, en el polo sur de la Luna, esté compuesto de hielo.
El enorme cráter, llamado así en honor al explorador de la Antártida Ernest Shackleton, mide más de 3 km (dos millas) de profundidad y más de 19 km (12 millas) de ancho. El pequeño ángulo de inclinación del eje de rotación de la Luna indica que el interior de Shackleton está permanentemente oscuro y muy frío. Durante mucho tiempo, los investigadores han pensado que allí se podría estar juntando hielo.
Cuando un equipo de la NASA y científicos universitarios utilizaron el altímetro láser del LRO para examinar el suelo del cráter Shackleton, descubrieron que era más brillante que los suelos de los cráteres cercanos ubicados alrededor del polo sur. Esto coincide con la presencia de pequeñas cantidades de hielo reflectante conservado por el frío y la oscuridad. Los descubrimientos se publicaron en la edición de hoy de la revista Nature.
Además de la posible evidencia de hielo, el mapa confeccionado por el grupo que se ocupó de investigar el cráter Shackleton reveló un cráter extraordinariamente conservado que ha permanecido relativamente intacto desde su formación, hace más de tres mil millones de años. El suelo del cráter se encuentra moteado con pequeños cráteres, los cuales pudieron haberse formado como parte de la colisión que creó al Shackleton.
"El interior del cráter es extremadamente escarpado", comenta Maria Zuber, quien es la investigadora principal del equipo, del Instituto de Tecnología de Massachusetts (Massachusetts Institute of Technology o MIT, por su sigla en idioma inglés), ubicado en Cambridge, Massachusetts. "No sería sencillo gatear por allí".
Mientras que el piso del cráter era relativamente brillante, Zuber y sus colegas observaron que las paredes eran incluso más brillantes. Al principio, el hallazgo fue desconcertante. Los científicos habían pensado que si en algún sitio del cráter hubiera hielo, este estaría en el suelo, donde no penetra la luz solar directamente. Las paredes superiores del cráter Shackleton son iluminadas ocasionalmente, lo que podría evaporar cualquier hielo que se acumule.
"Las mediciones del brillo nos han estado desconcertando desde hace dos veranos", comenta Gregory Neumann, del Centro Goddard para Vuelos Espaciales (Goddard Space Flight Center, en idioma inglés), de la NASA, en Greenbelt, Maryland. Neumann es coautor del artículo.
Una teoría que ofrece el equipo para explicar el rompecabezas es que los "terremotos lunares" o "lunamotos" (movimientos sísmicos provocados por los impactos de meteoritos o por las fuerzas de las mareas de la Tierra) pudieron haber ocasionado que las paredes del Shackleton se desprendieran del suelo más viejo y oscuro, dejando así al descubierto un suelo nuevo y más brillante. El mapa de ultra-alta resolución del equipo de Zuber proporciona contundente evidencia de la existencia de hielo en el suelo y en las paredes del cráter.
"Pueden existir múltiples explicaciones para el brillo observado a través del cráter", dice Zuber. "Por ejemplo, el material más nuevo puede estar expuesto a lo largo de sus paredes, mientras que el hielo puede estar mezclado con su suelo".
Para obtener más información sobre el LRO y el Altímetro Láser del Orbitador Lunar, visite: http://lunar.gsfc.nasa.gov.
Créditos y Contactos | |
Funcionaria Responsable de NASA: Ruth Netting Editor de Producción: Dr. Tony Phillips |
Traducción al Español: Sol Gil Editora en Español: Angela Atadía de Borghetti Formato: Sol Gil |
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El objetivo principal inicial del LRO fue llevar a cabo investigaciones con el fin de preparar las futuras exploraciones lunares. Lanzado en junio de 2009, el LRO finalizó su misión de exploración principal y ahora se encuentra en su misión científica principal. El LRO fue construido y es administrado por el Centro Goddard. Esta investigación fue financiada por el Directorio de Exploración Humana y Operaciones de Misiones, de la NASA, y por el Directorio de Misiones Científicas, en las oficinas centrales de la entidad, en Washington.
La sonda espacial confeccionó mapas del cráter con detalles sin precedentes, usando un láser para iluminar el interior del cráter y medir su albedo o reflectancia natural. La luz del láser mide a una profundidad que se puede comparar con su longitud de onda, o aproximadamente una micra. Eso representa una millonésima parte de un metro, o menos que una diezmilésima de pulgada. El equipo también utilizó el instrumento para confeccionar mapas del relieve del terreno del cráter, tomando como base el tiempo que tomaba a la luz del láser regresar de la superficie lunar. Cuanto más tiempo tomaba, menor era la elevación del terreno.